Intervienen CPI de La Boca por maltratos a chicos
Intervienen un Centro de Primera Infancia del barrio de la Boca por maltratos a los chicos, como consecuencia que una vecina del barrio que tiene una hija asiste a un Centro de Primera Infancia de la zona-denunció “situaciones irregulares” lo que motivó que personal del Centro de Atención de Niñez, Adolescencia y Género de la Defensoría tome intervención en el caso para garantizar los derechos de la niña afectada y del resto de la población que asiste a él. Recordemos que los CPI no son escuelas infantiles son establecimientos que dependen del Ministerio de Desarrollo Social y cuidan criaturas de los 45 días a 4 años “en estado de vulnerabilidad social”. Una familia denunció los maltratos, que se comprobaron, ante la Defensoría del Pueblo.
En este marco, el organismo realizó la denuncia formal y remitió pedidos de informes a las áreas correspondientes del Gobierno de la Ciudad. Asimismo, profesionales del Centro la Defensoría efectuaron un relevamiento en el mencionado CPI para tener un mayor conocimiento sobre la dinámica de trabajo realizado por el equipo de conducción y las docentes del lugar, teniendo en cuenta que se habrían registrado situaciones que se corresponderían con maltrato y falta de cumplimiento de los protocolos vigentes en relación a los cuidados básicos de los niños y niñas.
En virtud de lo actuado por el organismo y las denunciadas recibidas, la Gerencia Operativa de Apoyo a la Primera Infancia -dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat- resolvió intervenir el CPI.
Los Centros de Primera Infancia (CPI) son espacios organizados por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad destinados al cuidado de niños y niñas.
La Ciudad de Buenos Aires cuenta con 72 Centros de Primera Infancia (CPI), son espacios destinados a brindar contención, educación, asistencia alimentaria y nutricional, seguimiento y cuidado de la salud y estimulación temprana a niños y niñas de entre 45 días y 4 años en situación de vulnerabilidad social, que asisten diariamente y deben recibir atención integral. Aunque el Estado porteño paga los salarios y el establecimiento donde funciona el CPI, están gestionados por ONG, la mayoría de las veces vinculadas a la Iglesia Católica.
Los CPI son una respuesta defectuosa a la falta de vacantes en educación inicial en la Ciudad y de hecho han implantado un doble estándar para la educación hasta el preescolar ya que no pertenecen al Ministerio de Educación, los encargados de cuidar a los niños no están encuadrados en el Estatuto del Docente y no tienen un proyecto de carácter pedagógico como ocurre con los jardines de infantes. Mientras que los niños de la misma edad que van a los jardines de infancia son educados, los niños y niñas “en situación de vulnerabilidad social” que acuden a los CPI solo reciben “cuidados”.
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