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Taller solidario de Clown en la sede social del Club Huracán

Taller solidario de Clown en la sede social del Club Huracán

Taller solidario de Clown en la sede social del Club Huracán, en el barrio de Parque patricios de la comuna 4 de la ciudad, a través de la labor de Huracán Solidario, presidido por Valeria Fernández, se está dictando en la sede social un curso de Clown, a cargo del profesor Víctor Arrieta, conocido como “Flypo”. Las clases buscan capacitar a los alumnos y alumnas con técnicas de expresión corporal y psicodrama, teatro espontáneo y bufón. Los encuentros se llevan a cabo todos los viernes en Avenida Caseros 3159, de 19:30 a 21 horas. Podrán asistir solo mayores de 18 años y el costo de cada jornada es de dos alimentos no perecederos. El Clown es el arte del placer por la tontería. Es una experiencia teatral apasionante con la que recuperamos el placer de jugar y la capacidad de expresarnos espontáneamente, libres de tabúes y prejuicios. El clown hace reír con su mirada sobre el mundo y sus intentos de posarse por encima de sus fracasos. La técnica del clown es profunda, alocada e inesperada. Descubrir nuestro clown es un deleite que nos permite transitar el placer de jugar, convertirlo en fuerza escénica y compartirlo con el público. Confundido habitualmente con el payaso, se diferencia de éste en su vestuario y maquillaje, pero la gran diferencia técnica es que el payaso trabaja sobre arquetipos del ridículo universal (por ejemplo, el tropezón), mientras que el clown trabaja y compone a partir de sus propios temores, sueños y obsesiones. El trabajo del clown es un excelente entrenamiento para los artistas de todas las disciplinas y para cualquier persona, aunque no tenga experiencia en las artes escénicas. Este entrenamiento permite superar el miedo al ridículo y a la exposición, y poder recuperar la capacidad de jugar. Tolerar el miedo al vacío y aprender a encontrar en lo inesperado, en el accidente, el mejor material de trabajo.  Dejar de imponer “lo que el actor quiere que le pase” en la escena, y aceptar «lo que le pasa». Aprender a tolerar las propias faltas, y poder jugar con ellas. El clown se divierte con lo que le pasa en el escenario, y le regala eso al público.

 

 

 

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