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Importancia del control auditivo al nacer y durante la infancia para prevenir discapacidades auditivas

Importancia del control auditivo al nacer y durante la infancia para prevenir discapacidades auditivas

En el marco del día mundial de la Audición el hospital Garrahan de Parque Patricios, destacó la importancia del control auditivo al nacer y durante la infancia para prevenir discapacidades auditivas. El 28 de marzo de 1933 el doctor Juan Manuel Tato realizó la primera cirugía contra la sordera en Argentina, siete años antes de que se realizara un procedimiento similar en Estados Unidos. Para conmemorar la figura de quien fue impulsor de la cirugía de oídos en Latinoamérica, se estableció el 28 de marzo como el Día Nacional de la Audición. El objetivo de este día es concientizar sobre la importancia de lograr diagnósticos tempranos en los niños y niñas. La pérdida de audición es la discapacidad sensorial de mayor prevalencia en el mundo: más de 275 millones de personas son sordas o padecen defectos de audición. En el Día Nacional de la Audición, los profesionales de otorrinolaringología del Hospital destacan la importancia de que se conozca el derecho y la obligación de realizar a todo recién nacido el estudio de otoemisiones acústicas y, también, la necesidad del seguimiento clínico del pediatra a lo largo de la infancia. La mitad de las consultas de madres y padres que llegan por primera vez al Servicio de Otorrinolaringología del Garrahan se realizan para descartar una posible hipoacusia de niños y niñas, que generalmente presentan un retraso de la adquisición del lenguaje. En Argentina, la hipoacusia afecta a entre 700 y 2.100 niños al año. La discapacidad auditiva constituye el 18% de las discapacidades en el país, la cual se reparte en un 86,6% de dificultad auditiva y un 13, 4% en sordera. Sin embargo, la mayoría de las hipoacusias son leves y moderadas -constituyen el 86,6% del total-. Este tipo de hipoacusias pueden ocasionar trastornos del lenguaje y en la escolaridad. Su aparición obedece a distintas causas relacionadas con alteraciones del oído medio como infecciones a repetición, infecciones crónicas, disfunción de la trompa de Eustaquio que ocasiona atrapamiento de moco en el oído medio, pequeñas malformaciones, entre otras. Todas ellas pueden ser corregidas con tratamiento médico o quirúrgico. La incidencia de la hipoacusia profunda, es decir sordera, es de aproximadamente 3 cada 1.000 nacidos vivos. La “sordera” o hipoacusia neurosensorial severa a profunda obedece a causas genéticas, a enfermedades prevenibles mediante la vacunación, como la rubéola, el sarampión, la parotiditis y la meningitis, a tratamientos antibióticos por infecciones severas como sepsis y meningitis, prematurez, hipoxia neonatal y, por causas desconocidas. “La medida más importante para detectar la hipoacusia precozmente es la realización del estudio de las otoemisiones acústicas al recién nacido”, indicó la jefa del Servicio de Otorrinolaringología, Patricia C. Bernáldez y explicó que muchas veces este derecho no se cumple, aun siendo un derecho garantizado desde 2010 por la ley 25.415. También destacó que “los padres y los pediatras deben no tomar como algo normal que los niños no comiencen a balbucear o hablar desde muy pequeños y realizar una consulta a un especialista si eso pasa”. El 80% de las niñas y niños con problemas de hipoacusia puede corregir su audición con la utilización de audífonos. Si el problema es detectado y tratado a tiempo los niños pueden desarrollar adecuadamente el lenguaje y sus habilidades psico-neuro-cognitivas. También debe controlarse la audición al ingreso escolar ya que hay hipoacusias de aparición tardía y deben detectarse y tratarse oportunamente.

 

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