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El Archivo General de la Nación se muda a Parque Patricios

El Archivo General de la Nación se muda a Parque Patricios

El Archivo General de la Nación es una dependencia del Ministerio del Interior de la Argentina, con sede en Buenos Aires. Fue fundado el 28 de agosto de 1821, es un lugar donde se encuentra archiva gran parte de la historia nacional y se mudará de su sede de Avda. Leandro Alem 246 al barrio de Parque Patricios, en un nuevo y moderno edificio construido en parte de la espacio que ocupaba la ex cárcel de Caseros en el predio delimitada por las calles Pasco Pichincha, 15 de Noviembre de 1889 y la Avenida Caseros.en el informe realizado por Telan señalan que Casi 200 años de la historia institucional argentina, resguardados en el Archivo General de la Nación (AGN), ocuparán el corazón del barrio porteño de Parque Patricios, en un moderno edificio diseñado durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, desde donde se buscará también acercar a los vecinos a la memoria documentada del país. Así lo relataron en una entrevista con Télam, el director del Archivo, Marcos Schiavi, y la directora de Gestión de los Fondos Documentales del organismo, Samanta Casareto, quienes marcaron como prioridad de su gestión “democratizar” el acceso, es decir lograr que las personas, desde cualquier punto del país o del exterior, puedan acceder en forma remota al acervo documental de la Argentina. Ayer se cumplieron 199 años de la fundación del AGN por obra del entonces gobernador Martín Rodríguez y desde aquel 28 de agosto de 1821 el Archivo preservó 58 mil cajas de documentación, alrededor de 1 millón de fotos y 300 mil placas de vidrio, que eran los negativos utilizados en el siglo XIX y a principios del XX para la fotografía. “Son 20 kilómetros lineales de cajas con documentos, sin apilarlas, como un trayecto de Capital a Quilmes”, graficó Schiavi y la comparación sumó, entre bromas, otra metáfora para dimensionar la cantidad de material acumulado: los bultos podrían ocupar las bandejas de todo el Estadio Monumental. Pero más allá de la potencia de esas imágenes, en términos de valor histórico-institucional, “un archivo poderoso te permite tener información más rápido y eso, a su vez, contar con una respuesta más ágil de un Estado presente”, reflexionó Schiavi. Es que la preservación de documentos auténticos “garantiza derechos”. La búsqueda de identidad, tramitar una doble ciudadanía, validar el derecho a una jubilación, rastrear las huellas patrimoniales de la tierra, el recorrido de familias que escaparon del nazismo o hallar documentación que avaló actos planificados de terrorismo de Estado son parte de lo que el Archivo pone a disposición de la ciudadanía. De hecho, Casareto contó a Télam que la institución colaboró en muchos juicios por crímenes de lesa humanidad con prueba documental y actualmente colabora con el Museo del Holocausto de Estados Unidos en un trabajo de “recuperación de la memoria de migrantes que escaparon del nazismo”. “Tenemos un fondo documental de papeles migratorios muy interesante sobre las llegadas consulares que registraban a la familia entera”, explicó Casareto, quien subrayó que “un mismo escrito te puede contar muchas cosas” de la historia, no sólo de una persona, sino también de una época, de un país y del mundo. Por todo esto, los archivos son “una herramienta central en la función pública y aportan al fortalecimiento de una gestión”, sintetizó Schiavi, que tiene como meta al frente del AGN “visibilizar” el patrimonio resguardado y que “millones de argentinos” puedan utilizar en forma remota esos documentos. “Alguien que vive en San Luis, La Quiaca o Ushuaia no va a tener que venir a Buenos Aires sólo para saber si lo que busca está en el Archivo, va a tener acceso a un catálogo online”, afirmó Schiavi, quien advirtió que los plazos para lograr ese objetivo están atravesados por el coronavirus. También, cuando las limitaciones que impuso la pandemia lo permitan, el acervo documental -que hoy permanece en la sede histórica del Archivo, en Leandro Alem al 200- será trasladado al nuevo edificio de Parque Patricios por personal del Ejército Argentino, a partir de un convenio sellado esta semana entre el Ministerio del Interior y el de Defensa. En el predio de lo que fue parte de la vieja cárcel de Caseros, en un moderno edificio construido entre el 2015 y el 2019, los ciudadanos podrán consultar documentos históricos -desde el siglo XVI hasta la actualidad- en 3 soportes en forma simultánea: papel, fotográfico y audiovisual. La nueva sede, conformada por 10 mil metros cuadrados en Pichincha 2080, tiene como valor central “haber sido construida para funcionar como Archivo”, con 6 pisos de depósitos con las condiciones de seguridad, temperatura, humedad e higiene necesarias para el resguardo de documentación. La idea de “fortalecer el vínculo con la comunidad” no estará sólo atada a la posibilidad de ocupar la sala de consulta, con escritorios y computadoras disponibles para 60 personas, sino a los proyectos culturales que -superado el coronavirus- se organizarán en la plaza que rodea al edificio, algo impracticable en la vieja sede del microcentro porteño, explicó Schiavi. “Queremos que el Archivo ocupe un lugar importante en un Estado más robusto y más fortalecido y que sea garante de gestión”, sintetizó el director y detalló que los legajos personales de toda la administración pública nacional están en guarda permanente del AGN (no se expurgan, que en la jerga archivística significa que no se descartan). Incluso, aunque está en marcha un proceso de modernización para digitalizar toda esa documentación, nunca será destruirá la versión original -en papel- de esos legajos porque allí está explícito, no sólo el derecho de un trabajador, sino el espíritu de custodia del Archivo. “Eso tiene un impacto a nivel administrativo muy importante. Estamos hablando de edificios enteros llenos de documentación que, si no se los analiza y se los clasifica, no cumplen ninguna función y el AGN tiene esa tarea y la palabra final a la hora de decidir qué papel se expurga y cual se conserva”, reflexionó.

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