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Recuperan mascarones de proa en La Boca

Recuperan mascarones de proa en La Boca

Especialistas en restauración trabajan con dos mascarones de proa, se trata de Venus y Eolo, de Quiquela Martín. El vapor Eolo tuvo una vida accidentada. “El 4 de noviembre de 1904, en el puerto de Montevideo, en medio de la neblina chocó contra otro vapor, el Dálmata -cuenta a LA NACION Víctor Fernández, director del MBQM-. En ese accidente murió el reconocido periodista y escritor uruguayo Enrique Kubly Arteaga”. El vapor fue reparado, pero el 19 de septiembre de 1924 naufragó en el Paraná de las Palmas. Eolo había sido construido en 1884 y Venus, más joven, en 1889. Esta última embarcación fue desarmada en 1935. “Ambos mascarones, ya muy deteriorados, fueron donados a Quinquela por el señor Carlos Haynes”, sigue Fernández. Aunque terminaron sus días como figuras decorativas y protectoras de las naves en sitios diferentes, ambas tallas llegaron a las manos de la misma persona. Desde entonces, forman una pareja.”Se trata de los mascarones más grandes que posee la colección del museo y por su estructura requieren estudios y tratamientos especiales para su puesta en valor -agrega el funcionario-. Desde los tiempos en que me desempeñaba como curador, intenté que la restauración de esas piezas únicas fuera hecha por Tarea, considerando que sus profesionales eran los indicados para ese desafiante trabajo”. Se trata de referentes internacionales en el campo de la restauración científica. Entre los trabajos más descollantes del equipo de la Unsam, se destacan la restauración de las obras que integran el Museo Pío Collivadino de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, del telón del Teatro El Círculo, de Rosario, y, en especial, de la pintura mural Ejercicio plástico, del Equipo Poligráfico encabezado por David Alfaro Siqueiros. El conjunto de 32 mascarones del Quinquela constituye una colección dentro de la colección del museo. Hace siete años, se publicó un estudio del historiador Diego Ruiz. En esa publicación, se aportan datos históricos sobre los mascarones, su historia e iconografía. “Al iniciar mi gestión al frente del museo, encaramos la remodelación de la sala de mascarones, renovando el guion expositivo y restituyendo el carácter ‘portuario’ que había tenido en sus orígenes”. En simultáneo, comenzaron las gestiones para que Tarea se encargara de la puesta en valor de Venus y Eolo.

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