Falleció el barrendero baleado en enfrentamiento narco en Barracas

Falleció el barrendero baleado en enfrentamiento narco en Barracas

Luego de una larga lucha por sobrevivir, finalmente ayer falleció Dante Lencina tenía 20 años, quien era barrendero, y profesor en una escuela de fútbol, además de colaborar en un comedor de Villa Zavaleta en el barrio de Barracas.

El 21 de septiembre pasado hubo un enfrentamiento con disparo de armas de fuego Dante Lencina, quedó en medio de un tiroteo entre bandas narcotraficantes en la villa 21-24, de la comuna 4 porteña y recibió dos impactos de bala en la cabeza.

Al conocerse la noticia de su fallecimiento, amigos y familiares salieron a protestar en el barrio y hubo serios incidentes. El ataque contra Dante Gustavo Lencina ocurrió el 21 de septiembre a la mañana, el joven recibió dos disparos de arma fuego en la cabeza, por lo que lo llevaron de urgencia al hospital Penna, del barrio de Parque Patricios donde quedó internado en grave estado.

La hermana de Dante encabezó una marcha en reclamo de justicia y denuncia que la ambulancia no llevó a su hermano al hospital tras ser baleado porque no llega al barrio la asistencia. “Nos prestaron un flete para trasladarlo”, por su parte Paola, vecina de la Villa 21-24 de Barracas, denunció que la policía no deja entrar ambulancias al barrio y que la salita de salud esta desabastecida.

La familia de la víctima en especial su hermana Oriana quien encabeza la protesta en reclamo de justicia para Dante, denunció que el barrio es víctima permanente de este entramado delictivo, sobre ese punto denunció que su hermano venía siendo víctima de extorsiones de estas bandas que le exigían “pagar por protección”, algo que prolifera en el barrio bajo la anuencia de la policía: “Ellos le pagan”, explicó Oriana y sentenció “Acá nadie se siente seguro”. En otra entrevista, realizada mientras Oriana estaba apostada en la puerta del Hospital Penna esperando noticias de su hermano, una periodista le preguntó: ¿Confías en la policía?”, a lo que la respuesta fue contundente: “No, no confío”. Otros vecinos sostuvieron que “se escuchan tiros todos los días” y que “la policía encubre a los asesinos”.