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Empleada denunció por abuso sexual a su supervisor guardaparque de Parque Patricios

Empleada denunció por abuso sexual a su supervisor guardaparque de Parque Patricios

Una empleada del gobierno porteño que cumple tareas de guardaparque porteña denunció por abuso sexual a su supervisor, que tenía antecedentes y fue contratado por el Gobierno de la Ciudad. Se trata de una joven de 30 años que denunció por “abuso sexual simple” a su supervisor, quien ya tenía una condena en suspenso por “lesiones leves” y “abuso sexual” y que igual fue incorporado por el Gobierno porteño. Fuentes judiciales informaron que la víctima, de nombre Jésica, denunció penalmente a Carlos Antonio Verzoletto, de 52 años, quien fue incorporado a trabajar después de su sentencia por la Dirección General de Competencias Comunales, a cargo de Sofía Matricardi, área que depende de la Subsecretaría de Descentralización, cuya titular es Marina Hernández. Si bien al acusado se le suspendió el contrato, aún se encuentra dentro de la Comuna 4, por lo que, si la mujer tiene que hacer un trámite en esas oficinas por su tarea en la plaza de la Avenida Caseros en Parque Patricios, corre riesgo de cruzarlo. Un allegado a la víctima pidió que “la Jefatura de Gabinete porteño investigue como pudo entrar a trabajar Verzoletto si siempre piden certificado de antecedentes penales y este hombre tenía una condena firme por lesiones leves y abuso sexual”. La denuncia de la víctima se radicó en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional número 1, a cargo interinamente de Graciela Angulo de Quinn, Secretaría número 105 de Patricio Luxardo, causa 8065/2019 por “abuso sexual simple”. Jésica relató que trabaja como guardaparque en la plaza de la Avenida Caseros, en el barrio porteño de Parque Patricios, perteneciente a la Comuna 4 y el 26 o 27 de diciembre pasado Verzoletto se presentó como supervisor”. Al poco tiempo comenzaron los mensajes obscenos de parte del acusado, ya sea por teléfono o adelante de vecinos como así también de compañeros de la joven. “Me encerraría con vos y te chuparía”, le dijo a lo que la mujer respondió que “no estaba interesado en él”, que “podría ser su padre o su abuelo y que no era su tipo”. Sin embargo, este hombre continuó con el acoso y una vez le dijo que si ella “accedía a mantener relaciones sexuales la iba a ascender y la nombraría secretaría”. Verzoletto se le siguió insinuando -siempre según lo que declaró la joven en sede judicial- y le empezó “a rozar la mano en sus partes íntimas como la cola y el busto por encima de la ropa”. Ella trataba de evitar cruzárselo para evitar este tipo de cuestiones y en un primer momento tenía “miedo de denunciarlo”. Asimismo, este supervisor le pedía en mensajes de WhatsApp que le mandara “fotos de sus ‘mellizas’, en alusión a los senos” y la llamaba no solo cuando trabajaba como guardaparque sino también en su casa y hasta en momentos en que ella trabajaba en otro empleo por la tarde. Además, el acusado le mandó en una oportunidad una foto por WhatsApp de sus partes íntimas, la cual la víctima la presentó en la Justicia, al igual que todos los mensajes que él le mandaba. “Una vez Verzoletto me dijo que al terminar la jornada laboral vayamos a un hotel alojamiento y si no accedía que me olvidara de mi trabajo”, relató en su declaración testimonial Jésica, quien agregó que no accedió al pedido y temió represalias por no haberlo hecho. Los compañeros de ella “tienen miedo de declarar porque muchos presentan capacidades físicas diferentes, lo cual era usado por Verzoletto para disminuirlos”. El 31 de enero, ya con una primera denuncia en marcha, Verzoletto le dijo que había hecho, que era una maleducada por haberlo denunciado y cerró la charla con la frase “que Dios te tenga en la gloria”. Ante esta situación, la Dirección General de Competencias Comunales de la Ciudad lo dejó sin contrato y suspendido y Verzoletto llamó a la víctima a la pizzería donde ella trabaja por la tarde parta pedirle explicaciones de por qué lo había denunciado, pero ella no lo atendió. El acusado consiguió el número telefónico del comercio porque varias veces Jésica llevaba pizzas para almorzar con sus compañeros al mediodía y en las cajas figuraba el mismo. Verzoletto empezó a trabajar como supervisor teniendo antecedentes penales por hechos similares al que fue denunciado ahora y llama la atención que haya sido incorporado igual por parte de un área del Gobierno porteño, cuando siempre para ingresar se pide el certificado de antecedentes penales. El 3 de mayo de 2016 el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 5, cuyos jueces fueron jueces Rafael Alejandro Oliden, Fátima Ruiz López y Adrián Pérez Lance, condenaron a Verzoletto a “tres años de prisión en suspenso por lesiones leves agravadas por haber mantenido una relación de pareja mediando convivencia, en concurso. real con abuso sexual” Además, se lo intimó a que realice “un tratamiento psicológico o psiquiátrico enfocado en lo patológico que dio lugar a los hechos que motivaron esa causa” y a “abstenerse de relacionarse y/o contactarse por cualquier medio y modo con las víctimas” y “realizar tareas no remuneradas a razón de dos horas semanales en la sede de Cáritas Argentina más cercana a su domicilio”, todos estos ítems por el lapso de”4 años”. Esta sentencia fue apelada por Verzoletto, pero en diciembre de 2017 la apeló ante la Sala II de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, integrada por los jueces Eugenio Sarrabayrouse, Daniel Morón y Horacio Días, pero los magistrados ratificaron la sentencia.

 

 

 

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